Olfato policial - Banksy
Olfato policial - Banksy
Olfato policial - Banksy

Olfato policial - Banksy

Precio habitual$0.00
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Autor: Banksy
Título: Olfato policial
Título inglés: Snorting Copper
Ubicación original: Londres
Año: 2005

Banksy, en su obra “Olfato policial” (Snorting Copper), realizada probablemente en 2005, convierte la imagen de un agente de policía agachado aspirando una linea blanca desde el pavimento, en una brutal metáfora visual sobre el colapso ético de la autoridad.

Esta pintura mural, ejecutada con aerosol sobre una pared de ladrillo al estilo estarcido (stencil), demuestra una maestría técnica en el contraste de siluetas, usando blancos marcados y sombras angulares para generar una sensación casi fotográfica de movimiento y humillación.

En el Reino Unido, al cuerpo policial se le llama coloquialmente “coppers” por las placas, hechas de una aleación de cobre que llevaban sus primeros oficiales en el siglo XIX, aunque etimológicamente también se relaciona con el verbo inglés "to cop" (capturar), lo cual añade una ironía semántica al acto que representa Banksy. El artista, vinculado al movimiento del arte urbano contemporáneo, recoge la herencia contestataria del posmodernismo y del situacionismo, pero la actualiza con una precisión semiótica que ha influido en muralistas digitales y diseñadores de protesta a escala global. Esta pieza de arte apareció en un momento en que la escalada de incautaciones de cocaína en Inglaterra pasaron, según estimaciones, de menos de 1,5 toneladas en 2005 a más de 28 toneladas en 2024, lo que revela una crisis subterránea que el arte urbano denuncia sin filtros. Simultáneamente, el aumento en las acusaciones de mala conducta contra la policía británica ha tensionado el vínculo entre vigilancia y legitimidad, convirtiendo obras como esta en registros simbólicos de la desconfianza colectiva. A diferencia del arte político tradicional, que argumenta, Banksy lanza un golpe visual directo: el cuerpo del agente que alguna vez representó el orden se postra ahora hacia el pavimento, no para servir, sino para aspirar compulsivamente.

Así, “Olfato policial” se instala como una crítica corrosiva en una era de opacidad institucional, donde el poder huele a exceso y la autoridad se desdibuja entre polvo y cinismo.