Las hilanderas, Diego Velázquez

"Las hilanderas", también conocida como "La fábula de Aracne", pintada entre 1655 y 1660 por Diego Velázquez, es una obra que sintetiza el virtuosismo técnico y la profundidad narrativa del barroco español. En el cuadro, Velázquez representa una escena que combina la actividad cotidiana de unas mujeres hilando con el mito de Aracne, quien desafió a Atenea en una competencia de tejido, destacando el talento humano frente al poder divino. La composición se divide en dos planos: el primero muestra a las hilanderas trabajando en un taller inundado de luz y dinamismo, mientras que en el segundo se observa la escena mitológica con Atenea y Aracne frente al tapiz, enfatizando la diferencia entre lo terrenal y lo celestial.

El uso magistral de la perspectiva crea una sensación de profundidad que dirige la mirada del espectador desde la vida cotidiana hacia el reino de lo mitológico. Velázquez, como maestro del barroco, supera las estructuras compositivas del Renacimiento al introducir una narrativa visual compleja que invita a reflexionar sobre la creatividad y la ambición humana. Este enfoque también influyó en artistas posteriores, como Goya, quien adoptó la representación de escenas cotidianas con carga simbólica.

Históricamente, la obra refleja el trabajo manual en una España en crisis económica, donde las manufacturas eran esenciales para la estabilidad social. Religiosamente, la pintura alude al mito de Aracne y al castigo divino hacia la soberbia, recordando la importancia de la humildad en una sociedad quizás muy llena de ritos religiosos pero a veces con muy poca caridad.